Editorial 06/10/2013
Palabras que se conjugan reiteradamente: “Con los chicos, no”. Cuando se habla de violencia, de abuso y, por qué no, también de polÃtica.
Hace ya unos cuantos meses, la agrupación juvenil “La Cámpora” de Saladillo fue la comidilla de los medios nacionales por un hecho que, vale aclarar, al momento de suceder, fue motivo de una dura crÃtica por parte de este medio. Fue cuando varios jóvenes se fotografiaron con niños de una Escuela del interior de nuestro distrito con banderas partidarias dentro del establecimiento educativo. Quienes siguieron de cerca el hecho deben recordar que esas fotografÃas fueron enviadas a los medios locales por la misma Agrupación. Y que unos dÃas después se disculparon públicamente por lo acontecido. En rigor, esos fueron los hechos y los analistas, con seriedad, deberán convenir que hasta fue de una ingenuidad absoluta. Casi un año después, Jorge Lanata desplegó y arrojó por la pantalla de Canal 13, una andanada de crÃticas con fotos y hasta videos de ese hecho menor que ya habÃa pasado, realmente, a la historia en nuestra ciudad. Las fotos aparecieron como ilustración de notas en todos los canales nacionales. Un despropósito que hay que remarcar.
Ahora bien, dÃas atrás el matutino ClarÃn publicó una fotografÃa donde se observaban niños con pecheras de la Agrupación Unidos y Organizados, en tareas propias de niños, como dibujo y pintura, haciendo alusión a que se trataba de niños de algún JardÃn de Infantes de la provincia de Santa Cruz. Ello fue desmentido por autoridades educativas y allÃ, nuevamente, el despropósito. Medios cuya lÃnea editorial es proclive a la defensa a ultranza del Gobierno nacional alardearon sobre la desmentida y publicaron notas con tÃtulos tales como “Fuerte desmentida a ClarÃn por los niños con pecheras de Unidos y Organizados”, aclarando que no eran niños de Jardines de Infantes sino que eran hijos de militantes polÃticos que habÃan autorizado el uso de esa pechera. Y se extendieron en tratar de explicar lo inexplicable. Es que no interesa si son niños de JardÃn de Infantes, si son niños hijos de militantes polÃticos o si son marginados niños de la calle. El tema es que son niños y es absolutamente imposible que puedan explicar su pertenencia polÃtica a los 4 o 5 años de edad. La utilización de niños de corta edad con fines polÃticos prosigue y parece no detenerse cualquiera sea la agrupación partidaria. El intendente municipal es tantas veces adepto a fotografiarse con niños y hasta bebés con sÃmbolos partidarios que no puede sorprender tampoco el último spot de campaña de Margarita Stolbizer y Ricardo AlfonsÃn donde niños de tercer grado escribiendo y recitando piden por favor, entre otras cosas, que no se vote a ladrones, con escrituras en el pizarrón de un aula que, a la vez, es un cuarto oscuro. Lamentable spot publicitario que puede verse en el video que ilustra esta nota y que, seguramente, será “levantado” en cuanto haya alguna denuncia al respecto. Porque, además, viola las leyes vigentes que reglan, por ejemplo, la emisión del voto. ¿Por qué hacerles decir a los niños lo que piensan y afirman dirigentes o militantes polÃticos? ¿Para qué? ¿Para qué esto? ¿Para qué las pecheras? ¿Para qué?
Son algunos detalles que pueden pasar un segundo plano por estas horas de ebullición polÃtica pero deben, deberÃan ser tenidos en cuenta sin distinción de banderÃas polÃticas o partidarias.
Alberto VÃctor GarcÃa
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